Sí, ya sé, no es muy agraciado el pobre... también es idiota... duerme todo el día... pero es mi perro, qué quieren que le haga. Se llama Coco. Juro que no le puse el nombre.
Sin nada más interesante para poner... se despiden Ro y Mai.
Ya irá un título más original.
Ella no piensa con palabras y cada vez que quiere que escriba algo lo tengo que verbalizar yo, y por eso nuestras formas de hablar se parecen tanto.
Ella se inventa lo que le van a contestar cuando ella le diga algo a alguien, y lo que ella va a contestar a eso, y lo que le van a contestar...
Ella se despierta siempre unos minutos después de mí.
Ella no se da cuenta cuando se despierta.
Ella cree que yo debería verme con alguna amiga a casa en estos días.
Ella dice: "Si las veo en época de clase, ¿hace falta que las vea ahora?".
Ella piensa que paso demasiado tiempo en mi habitación.
Ella simula no oírme cuando le digo que deje la computadora y se ponga a hacer algo interesante.
Ella siempre me pide que leamos Mi Querido Enemigo.
Ella llora cada vez que lee La Materia Oscura.
Ella no quiere dejar de ser gato pescador.
Ella tampoco quiere que cambie, pero para llevarme la contraria me dice que debería mostrar mi inestabilidad más.
Ella duerme aovillada arriba de mis piernas.
Ella tarda años en dormirse todas las noches.
Ella no soporta que yo no haga nada en todo el día.
Ella todas las noches me dice: "Bueno, mañana llamo a alguien para que se pase por acá un rato...".
____________________________________________
Entrada extraña.
Esta entrada sería una carta no enviada, quizá un poco tardía. ¿Por qué no postearla en "Cartas no enviadas", entonces? Porque siento que es algo demasiado mío como para ponerlo en el foro. Sí, ya sé que acá también entra el que quiere, pero no importa. Quería ponerlo acá, punto.
Y acá, mi carta no enviada.
Querida Nika:
¿Te acordás cuando nos conocimos? ¿No, cierto? Yo tampoco, éramos muy chiquitas. O por lo menos yo lo era. ¿Tres años tendría yo? ¿Dos? Por ahí. Y vos cuatro, como mucho cinco. Es extraño como las amistades persisten a pesar del tiempo y de la distancia. Porque hace unos trece años que nos conocemos, y desde entonces no nos hemos separado. No te rías de mí, es obvio que estoy hablando metafóricamente: desde hace diez años yo me mudé a 1800km de donde vivíamos. Y, sin embargo, siempre fuimos muy unidas, a pesar de la (leve, pero existente) diferencia de edad, la distancia y el tiempo.
Y gracias a eso soy probablemente la única de mi ciudad que a los seis años ya viajaba sola en avión, al igual que vos. Era lindo llegar al aeropuerto y ver a mi "tía" y a mi "prima" esperándome. O gracioso llegar y escuchar a mi "tía" diciendo "¿Nika? ¡Está durmiendo, qué creías!".
Siempre hay algo que en parte me llamó la atención y en parte siempre me pareció de lo más normal: la inexistencia de un "¡Cuánto te extrañe!" o "¡Tanto tiempo!", quizá porque ya estamos acostumbradas.
Hubo veces que pensé "¿Seríamos amigas si viviésemos en la misma ciudad y nos viésemos seguido?". Y la respuesta seguro es sí. Al fin y al cabo, ¿no pasamos semanas enteras sin separarnos en nuestras visitas?
Termino mi carta cursi que nunca te mandaría y me despido, antes de arrepentirme de publicar esta cosa,
Ro, tu mejor amiga de toda la vida.