viernes, 26 de febrero de 2010
Here we are
sábado, 26 de diciembre de 2009
Emociones
Ayer fue mi último día de viaje de egreso. El viaje se dividió en varias etapas:
1: Dormir. Nos habíamos quedado despiertos hasta las cinco/seis de la mañana después de un día de corridas (desde las ocho) y habíamos salido a las nueve, así que por poco no nos desnucamos cuando llegamos al micro. Obviamente, no hay mucho que contar, salvo que en un momento quise ir al baño y no pude porque un profesor estaba tirado en el pasillo durmiendo.
2: Comer. Tampoco mucho para contar. Milanesa con papas fritas. Con una amiga estábamos hablando de un chico que se mandó la hijeputez de su vida y de repente nos dimos cuenta de que estaba justo atrás nuestro. Nos agarró tal ataque de risa nerviosa que todos nos miraron.
3: Canciones de cancha. Agarramos un bombo, silbatos y nos pusimos a cantar lo que se nos venía a la cabeza, desde "Una gitana hermosa tiró la carta, dijo que [inserte equipo propio aquí, tres o cuatro sílabas] iba a ser campeón, ya lo' corrimo' a [inserte equipo enemigo aquí, dos sílabas] y no pasó nada, y ahora lo corremo' a [inserte a otro equipo enemigo aquí, dos sílabas] que es un cagón... dale, dale, [inserte equipo propio aquí, una sílaba]", hasta "Que nos saquen a patadas, no no' vamo' nada" (reemplazar los ' por eses). Ah, nos sacamos los ojos entre nosotros con las banderas de nuestro equipo (en el que juegan los chicos). El mejor momento del viaje, nos re cagamos de risa.
4: Película, la peor que vi jamás. 1408, de terror. MUY MALA. Casi se me muere un chico al lado que se atoró con su propia saliva mientras dormía (exagero, pero en el momento me asusté bastante).
5: Y sí... llegó la parte emotiva. Abrazos, llantos, "te quiero", "nunca te voy a olvidar", "nos vamos a seguir viendo"... en ese momento no lloré, aunque consolé lloronas.
Cuando llegamos, también estaba "seca". Sin embargo, ni bien puse un pie afuera del micro... me di cuenta de lo que realmente significaba perder a los amigos que me acompañaron estos siete (más, en realidad) años de mi vida, más de la mitad, que son lo mejor que tengo y total y completamente irremplazables. Según palabras de mis amigas, era "una canilla".
Juro por mi vida que todo lo que dije en ese momento me salió de adentro... es la más pura y completa verdad. Todos los "te quiero", "te amo", "nunca te voy a olvidar", "sos mucho", "te voy a extrañar", "me vas a hacer falta"... absolutamente todos. Al abrazar a mi mejor amiga, me costó un triunfó soltarla sabiendo que ya no nos veríamos todos los días, que ya no seríamos tan cómplices, al no saber yo de quiénes me estaba hablando en sus chismes, al no saber el ambiente de su futura secundaria. Sí, nos vamos a seguir viendo, pero... no es lo mismo. Digan lo que digan, no es lo mismo. Nadie se acuerda de sus compañeros de primaria, a menos que también sean de secundaria o que vivan muy cerca. Y yo no quiero terminar así.
En la colación de grados (emm... estoy yendo de atrás para adelante, pero no importa) fue algo parecido. Sólo que cuando la maestra empezó con el discurso de "¿Se dan cuenta, realmente, de lo que significa este acto?", en los primeros cinco minutos, con la música de "Amigos" de fondo yo empecé a llorar y no paré hasta que, una hora y media después, llegamos a la pizzería donde fuimos todos a festejar.
La fiesta... la verdad, no hay mucho que contar. No hubo momentos emotivos/cursis, simplemente baile, baile, y baile...
Mmm... bueno, creo que llegó el momento de pasar a otro tema más alegre, ¿no?
Mis notas en los parciales del curso de ingreso fueron mejores de lo que esperaba. Mis profesores dicen que tengo muchas posibilidades de quedar entre los primeros, aunque eso no cambie mucho. Sólo va a alimentar mi ego, que ya de por sí está bastante grande.
¿Mai? Bien, callada. Ella sabe que cuando estoy así lo mejor es dejarme descargar, enroscarme, llorar, reír, y se me va a pasar solo.
Exaaaacto. Se arregla bien sola, si meto pata en estas situaciones es peor. Conversamos, por supuesto, pero sobre temas banales, si es que se pueden llamar "temas" a esos adefesios.
En cuanto a las formas... últimamente estamos bastante copadas con el gato selvático y no usamos mucho la de gato pescador, pero sigue siendo esta última nuestra favorita. Más que esto mucho no hay.
Y bueno... se nos acabaron los temas. Las ganas también.
PD: por cierto, feliz navidad =P
¡Chaaaan, edición de último momento! Me re olvidé de poner esto, con lo necesario que es... letra y video de Amigos, de los Enanitos Verdes. Está tan quemada esta canción en los egresos... pero es que es simplemente perfecta, lo describe todo en unas pocas estrofas...
No importa el lugar
lunes, 17 de agosto de 2009
O_o
En toda mi vida, salí una vez, sólo una vez del país. Estuve un mes en Alemania (Berlín, Hamburgo, Frankfurt y otra ciudad que no me acuerdo)... pero tenía dos años. Así que es como si nunca en mi vida hubiese salido.
En realidad, fuimos una vez a Martín García, una isla argentina que se encuentra del lado uruguayo del Río de la Plata. Entonces estuvimos en aguas uruguayas.
La cosa es que, salvo esa vez, nunca salimos del continente americano. Ni siquiera del sudamericano.
Como se habrán dado cuenta por mis dos últimas entradas, este año está colmado de sucesos inesperados. Y hoy surgieron dos bastante extraños.
Primero: antes, mi hermano y yo estábamos viciadísimos con el Age of Mythology, donde salen los griegos (como supongo que sabrán). La cosa es que le hicimos prometer a mi mamá que, cuando mi hermano tuviese nueve y yo trece, nos iba a llevar a Grecia. Ella aceptó, pensando que nos íbamos a olvidar. Después se dio cuenta de que sólo faltaban dos años, pero bueno... a lo mejor nos olvidábamos igual.
Además, de pequeña leí Eugenia en Venecia, un libro que habla sobre una chica que se va de vacaciones a Venecia con su papá unos días. Aunque no lo parezca, el libro está bastante bueno... y, por supuesto, te quedan las ganas de ir a Venecia antes de que se hunda. Como mi mamá también lo había leído, tenemos desde prácticamente siempre el plan de visitar Venecia.
Lo que pasó es que ni mi hermano se olvidó del viaje a Grecia ni yo del viaje a Venecia. Así que parece que el año que viene lo vamos a hacer: vamos hasta Roma, tomamos un barco a Venecia... y ahí es cuando se meten las amigas alemanas de mi mamá (vivió unos años en Alemania). Venecia está cerca de Alemania, ¿cómo no visitar a Gaby, en Berlín, a Eva, en Hamburgo, a Irma, en Stuttgart...? Y ya que estamos, ¿por qué no vamos a Holanda, a visitar a Isabel? Por eso no sabemos si lo vamos a hacer... sería un viaje excesivamente largo. A mí me encantaría, pero no soy yo la que decide.
Bueno, después de irnos de Italia, Alemania u Holanda, en donde estuviésemos, iríamos a Grecia. Me encantaría poder hacer ese viaje... sí, sería el año que viene, pero ya no puedo esperar. Odio esta ciudad, quiero salir... e ir a algún lugar interesante o que aún no haya visitado, porque por irme a San Bernardo prefiero quedarme en mi casa.
Pero eso no es lo único.
Afortunadamente, no.
Mi mejor amiga de toda la vida el año que viene cumple quince. Acá los quince vendrían a ser los dulces 16, solamente que se puede elegir entre fiesta o viaje. Y mi amiga eligió viaje.
Hoy a la mañana entra un mensaje de la mamá de mi amiga, al celular de la mía.
"El año que viene nos vamos a Europa de viaje de 15. ¿Y si vienen Ro y vos?"
No sé qué va a pasar. No sé si vamos a hacer los dos viajes por separado, no sé si vamos a "fusionarlos" , no sé si sólo vamos a hacer uno; en ese caso, no sé cuál vamos a dejar de hacer; no sé si no vamos a hacer ninguno. Pero al menos está el proyecto de tener unas vacaciones especiales el año que viene.
Me despido, queridos daims que soportan todos mis desahogos, los alegres y los tristes.
Y me despido yo también.
sábado, 15 de agosto de 2009
Cambio, cambio...
domingo, 26 de julio de 2009
Cualquier cosa
Sí, ya sé, no es muy agraciado el pobre... también es idiota... duerme todo el día... pero es mi perro, qué quieren que le haga. Se llama Coco. Juro que no le puse el nombre.
Sin nada más interesante para poner... se despiden Ro y Mai.
jueves, 16 de julio de 2009
Sobre nosotras...
Ella no piensa con palabras y cada vez que quiere que escriba algo lo tengo que verbalizar yo, y por eso nuestras formas de hablar se parecen tanto.
Ella se inventa lo que le van a contestar cuando ella le diga algo a alguien, y lo que ella va a contestar a eso, y lo que le van a contestar...
Ella se despierta siempre unos minutos después de mí.
Ella no se da cuenta cuando se despierta.
Ella cree que yo debería verme con alguna amiga a casa en estos días.
Ella dice: "Si las veo en época de clase, ¿hace falta que las vea ahora?".
Ella piensa que paso demasiado tiempo en mi habitación.
Ella simula no oírme cuando le digo que deje la computadora y se ponga a hacer algo interesante.
Ella siempre me pide que leamos Mi Querido Enemigo.
Ella llora cada vez que lee La Materia Oscura.
Ella no quiere dejar de ser gato pescador.
Ella tampoco quiere que cambie, pero para llevarme la contraria me dice que debería mostrar mi inestabilidad más.
Ella duerme aovillada arriba de mis piernas.
Ella tarda años en dormirse todas las noches.
Ella no soporta que yo no haga nada en todo el día.
Ella todas las noches me dice: "Bueno, mañana llamo a alguien para que se pase por acá un rato...".
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Entrada extraña.
miércoles, 8 de julio de 2009
Saludo a la distancia
Esta entrada sería una carta no enviada, quizá un poco tardía. ¿Por qué no postearla en "Cartas no enviadas", entonces? Porque siento que es algo demasiado mío como para ponerlo en el foro. Sí, ya sé que acá también entra el que quiere, pero no importa. Quería ponerlo acá, punto.
Y acá, mi carta no enviada.
Querida Nika:
¿Te acordás cuando nos conocimos? ¿No, cierto? Yo tampoco, éramos muy chiquitas. O por lo menos yo lo era. ¿Tres años tendría yo? ¿Dos? Por ahí. Y vos cuatro, como mucho cinco. Es extraño como las amistades persisten a pesar del tiempo y de la distancia. Porque hace unos trece años que nos conocemos, y desde entonces no nos hemos separado. No te rías de mí, es obvio que estoy hablando metafóricamente: desde hace diez años yo me mudé a 1800km de donde vivíamos. Y, sin embargo, siempre fuimos muy unidas, a pesar de la (leve, pero existente) diferencia de edad, la distancia y el tiempo.
Y gracias a eso soy probablemente la única de mi ciudad que a los seis años ya viajaba sola en avión, al igual que vos. Era lindo llegar al aeropuerto y ver a mi "tía" y a mi "prima" esperándome. O gracioso llegar y escuchar a mi "tía" diciendo "¿Nika? ¡Está durmiendo, qué creías!".
Siempre hay algo que en parte me llamó la atención y en parte siempre me pareció de lo más normal: la inexistencia de un "¡Cuánto te extrañe!" o "¡Tanto tiempo!", quizá porque ya estamos acostumbradas.
Hubo veces que pensé "¿Seríamos amigas si viviésemos en la misma ciudad y nos viésemos seguido?". Y la respuesta seguro es sí. Al fin y al cabo, ¿no pasamos semanas enteras sin separarnos en nuestras visitas?
Termino mi carta cursi que nunca te mandaría y me despido, antes de arrepentirme de publicar esta cosa,
Ro, tu mejor amiga de toda la vida.